Colonia De Hormigas

No se puede vivir como filósofo,
ni como poeta,
ni como estoico.
Ya no es época
para gozar del ocio.

Es remar contra la marea
y sucumbir al negocio.
El consumo y las cuentas
vencerán al más perezoso.
Los impuestos no tambalean,
y miran de reojo.
La que tiembla es la billetera,
que debería tener cerrojo.

¿Quién tiene tiempo de pensar
con tanta distracción al antojo?
¿Dónde están los artistas que denuncien
y protesten contra el opio?
¿Cuándo se irá a acabar
este espectáculo penoso?

Una colonia de hormigas
con plagas de ambiciosos.
Que se acabe esta ironía,
una bomba que arrase todo.

Resurgirán entre las cenizas
las flores… pero no nosotros.
Tal vez soy muy existencialista
o un nihilista escandaloso.

La verdad:
no soy ni filósofo,
ni poeta,
ni estoico.

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