En este universo donde reina el caos y
el orden es la explicación que calma.
En la hecatombe de agujeros y cuerdas,
la medición dudosa seguridad aporta.
En cada fusión nuclear de nacimiento de estrellas o
en la dramática implosión de una supernova,
la insignificancia del ser pavor provoca.
Si entre la eternidad del comienzo de los comienzos,
y lo efímero del final del principio de lo nuevo,
la emoción de éste sentimiento inmersa
en la aparición de éste ínfimo segmento
en que mido en instantes temporales y besos,
como pendular el ritmo lo marca tu parpadeo.
En el breve momento de éste, nuestro tiempo,
donde es un escándalo el soplo del efímero lapso,
cuando la evidencia de la certidumbre pasa a otro plano.
En calidoscopio miro la fragilidad del ser que se carcome,
tomando conciencia de la infinitud de la misma nada,
en el epicentro del propio colapso, la sangre brota
en el cuántico amor que todo lo soporta.
A.B.A ©2019
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires – Argentina