Porque el río
es señor de los encuentros;
porque también señuelo
a los que azotan sus almas
de incurables mustias.
Porque en sus sanos danzares,
murió perdido
el último deseo de los caprichos;
se bautizaron las primaveras,
apagadas por un verano inquieto;
prematuro e insolente,
sin remedio.
Renegando el pulso
de lo efímero,
imponiendo su fiebre
tras las sombras.
Es allí donde tu amor,
a mis espaldas
lo enfría,
apoderándose de esta verdad,
que guardas en el agua.
Uff qué lindo, me encantó el final. Saludos cariñosos.
Que bueno sea de tu gusto mi bella Sinmi. Todo tuyo. Gracias por siempre animar, dar de tu bondad, de tu corazón, de tu ternura, y esa prontitud sanadora de tus palabras cristalinas. Un beso en tu mano, con los dedos hacia abajo, de amigo y compañero. Gracias por leerme Sinmi.
Bello poema que hace correr un río de emociones y salpica de colores el alma…Salud,@Deisak!!
Hermoso, «señor de todos los encuentros»
Saludos
Comprender que todo amor, reconoce la verdad en el recorrido de la vida en un mar de esperanza.
saludos @Deisak
El pulso de lo efímero me duele.,
Precioso!
Gracias Martín, por tu generosidad de leerme. Tu comentario y dedicación son del todo, inmensamente valiosos para este poema. Te saludo en la distancia, con un buen abrazo camarada y poeta.
!Oh! Checha, tu visita por acá… especial siempre. Gentil tú y buenísima poeta, con todas las letras.
¡Simplemente hermoso!
¡Bravo, bravo!
Gracias muchas, linda Alda, todo tuyo, y de todos. Un beso de amigo, y de caballero, para ti.