(Soneto… Ya publicado anteriormente)
Bajo pertináz y fuerte aguacero,
porque tiempo hacía no te veía,
sin capa ni sombrillla, mi osadía
me empujó a demostrar cuánto te quiero.
Debí cruzar un puente cuya altura,
era de cuatro metros, he inundado,
con el agua a rás, caminé asustado
pisando travesaños sin premura.
Rebazado el peligro, atrás miré,
y dije para mí: -Pedro…¡estás loco!-
Para tu casa, ya faltaba un poco.
Al llegar entripado…¡Suspiré!
…¿Cómo vienes debajo de un ciclón?
¿No lo vés que me trajo el corazón?
Autor: Saltamontes (24/7/2019)