Aún recuerdo el destello de la noche
a la cigarra cantar como si fuera de día,
todavía me acuerdo del desierto
que fue acompañarte a rastras y sin vida.
Tú jugando a cosas de mayores,
yo teniendo que crecer antes de tiempo,
no sé quién es quién en este viaje,
el amor no bastó cuando creí que podría hacerlo.
A dónde fue a parar todo el cariño,
lo querías muerto,
lo querías aniquilado
para no sentirte culpable por lo hecho.
Mientras yo en trance,
sin saber qué hacer con lo vivido,
sin tener ni idea de que lo peor no era haberte querido,
era haber querido a un fantasma.