Cicatrizar heridas

Resignarse es imposible
cuando el amor se marchita,
si algún circuito se irrita
la pena es impredecible.
Pues un corazón sensible
herido de muerte queda,
y fácil es que no pueda
cicatrizar su amargura,
sin caer en la locura
si en no aceptarlo se enreda.

Que hablar del amor sincero
no tiene mucho sentido,
si es que por ser precavido
amar porque sí, no quiero.
Si acabar persigo entero
de semejante ventura
si nadie por su honor jura
serle fiel a su pareja,
ante lo cual toda queja
la trataré con mesura.

Pues parcos son los amantes
que apenas razonan juntos,
e innumerables los puntos
en que se muestran distantes.
Tanto que a veces con guantes
recogen sus propias hieles,
cuando pierden los papeles
y les salpica a la cara,
cuando ninguno se aclara
en pagar sus aranceles.

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