Con el cerebro, es un decir, en blanco
dando bandazos por el mundo voy,
a saber si en mis trece me apalanco
y de los golpes inconsciente soy.
Pues hoy día pecar de prepotente
cierto pudiera ser, caro se paga,
si encontrándose un muro aquí de frente
con ruedas de molino igual se traga.
Que cuesta mantener un compromiso
cuando nos vemos con el agua al cuello,
cuando de mejorar no existe viso
y para respirar falta el resuello.
Ojalá vuelta atrás aún se pueda
pero bien lejos nuestra infancia queda.