La máquina del llanto
junto a la epifanía
de voces demacradas,
de ojos en sordina.
Por la tarde que vence
la cadencia del día,
en estas avenidas
cubiertas de ceniza.
La máquina del llanto
junto a la epifanía
de voces demacradas,
de ojos en sordina.
Por la tarde que vence
la cadencia del día,
en estas avenidas
cubiertas de ceniza.
Qué bello este poema!!!
“Por la tarde que vence
la cadencia del día,
en estas avenidas
cubiertas de ceniza.”
Gracias. Me alegra que te guste. Un saludo.
Melancólicos versos con el llanto de esas pérdidas que se convierten en cenizas, aunque a veces los rescoldos permanecen, poeta!!!
Gracias Todo queda y se posa en la memoria. Es la vida. Saludos.