Ante él me sentía como un espejo sin azogue, un cristal de “aguadura”.
Su mirada de almizcle en celo te ultrajaba, te muñequizaba hasta diminutivarte.
Su cadera de macho ibérico te empalaba el vientre, preñándote de flores cúbicas… Dejabas de ser una señorita rosada.-
Chane Garcia. @ChaneGarcia
Imagen usada fue tomada de un tuit del usuario @emilio_bravo__
¡Gracias, gracias! ¿Sabes una cosa? Yo a veces no me considero poeta porque soy el primero que se da cuenta que escribo de forma rara… No se me apelmaza en las manos la estrofa de un poema clásico y como he abandonado el uso de la rima —la prosa poética es más libre— pues, ahora mucho menos se me forman esas estrofas conocidas.
Saludos.