Cautiva y perdida en tu mirada,
en tus ojos profundos
cual enormes olivas,
tu piel canela de la India,
tus ramas de cedro
y tu tronco de ceiba,
en el volcán de tus latidos,
en tu boca de frambuesa,
en tu voz de lampos,
en los claroscuros de tus cabellos,
en tus manos de león
y en los bosques de oyameles…
Así quedé vida mía
me robaste el aliento,
y de un plumazo,
también el corazón.
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… Pues anda, que éste, también esta lleno de erotismo; quizá un poco tamizado, pero ya, ya… Me ha encantado. Un saludo.