De lo bello es tu sonrisa
en las horas del desvelo
silenciosa apología
que exacerba mi deseo;
recurrente pocelana
evocada sin ambages,
engañando las entrañas,
mal librándolas del hambre:
es entonces triste copa
que en la cama desespera
el abismo de mi boca
que tu boca nunca llena.
Y hecho río de marfil
pero inmensamente ingenuo,
que me alcance tu carmín
todavía yo aún lo espero.
Como un cielo de verano
que ofreciera su tesoro
tus cabellos adorados
disemínanse copiosos;
ramillete de azucenas
floreciéndote en el norte
y cubriendo con las hebras
los secretos de tu bosque:
el delgado y apremiante
precipio de los hombros,
la sedosa y palpitante
curvatura de tu cuello.
Y ese cielo y ese sol
en mi días bien cabrían…
y esas flores y ese olor
si tuviese valentía…
Las miradas son destellos
que iluminan el espacio
perpetuándose en el tiempo
como el verbo de los sabios;
el aliento de tus ojos
es el viento de mis alas,
el zurcido de este roto
del que escapan las palabras:
te dibujan con mal arte
escanciadas sobre un folio
que jamás ha de llegarte
a pesar del daño propio.
Y remueven sin saber
los luceros, tus pupilas,
de cabeza hasta los pies
los placeres que me habitas.
Catedral de carne y hueso:
con tus piernas cual columnas,
tus secretos y mi rezo
del anhelo que no lucha;
catedral de llanto y duda:
con tu pecho consagrado,
con tus trampas y mi culpa
por soñarme de tu mano;
con tus guerras y futuros,
con sus baches y reveses,
tus milagros y mi muro
consecuencia del presente.
Con tu sombra y con tu luz,
con tus faltas y tus yerros,
tus rincones y mi cruz
de callarme lo que siento.
Los cuatro fragmentos son bellísimos pero me gusta mas este que señalo.
Que fuerza lleva y uno piensa en la persona que igual nos roba la mirada, la respiración, la vida, los días, las noches, y el sueño.
Me encató, poeta.
Abrazos.
he leido hasta el momento solo una parte. Me ha encantado y guafrdo el poema para disfrutarlo después. Es muy largo y me roba tiempo de conexión.
Felicitaciones.
Abrazo