Estoy solo en esta enorme casona victoriana.
Sus paredes me transmiten un olor de viejo, de encierro.
Mi mente me insiste en que debería colgarme.
¿Por qué no puedo vivir bien?
¿Es que mi familia me traumó lo suficiente como para no poder hablar?
Estoy cansado.
Mis piernas tienen grilletes pesados como una roca, y me empujan al fondo del océano.
¿Por qué la gente verá lo que no ve cuando yo me muera?
Me arde la espalda de tanto cargar pesos pesados.
¿Qué hice yo?
Nada hiciste, cariño mío.
Solo te tocó y ya.
Es solo un día agotador.
Estás extenuado y el ambiente no apaña.
Me gustaría estar todo el día acostado.
Me gustaría estar muerto.
Me gustaría cambiar de piel y músculos.
Aquellos están en su punto final