Carta de la Madre Tierra
*“Cuando todo era nada, la nada era el principio.”*
* *Vox Dei – Génesis - 197*1*
Hola queridos hijos:
¡Qué bonito es que existan queridos hijos míos! Gracias por permitirme hablarles de historias de tiempos remotos, de los comienzos, de nuestro presente y nuestro futuro, hoy quiero contarles de mí, mis comienzos, mi presente, mi futuro y mis deseos; me alegra que me escuche atentamente, tómenlo a modo de legado.
En el principio era la nada y la nada misma fue el principio. El Amor habitaba el comienzo y allí yo ya estaba, esperando la explosión que me expulsara, vibrando feliz en la luz y esperando mi momento. 4.500 millones de años atrás el Amor me dio el origen y me asigno un propósito, me creó a partir de la materia cósmica de un universo que se expandía. Nací brillando en fuego y a medida que me fui enfriando, mi faz se fue transformando, el agua clara y mansa me bañaba completamente, un ir y venir de olas oceánicas rugientes y asomando un gran espacio de continentes unidos. Ya van sabiendo que fuimos uno con la nada y que todo lo que mora en mí, en el principio fueron uno en mí, esperando cada uno su momento del comienzo en el comienzo de la vida. Y se llenaron mis mares de bacterias, algas y seres, y mi superficie las especies me habitaron y hasta se elevaron. Todo fue un perfecto equilibrio ¡Qué tiempos felices aquellos!
Claro que fuimos cambiando, los grandes fríos, glaciaciones, extinciones masivas y evolución, cambios capaces de sustentar la vida y proporcionar recursos. Mi propósito como la Madre Tierra es proporcionar un hogar y sustento para todas las formas de vida en mi superficie. También ser capaz de regenerarme y renovarme a través de procesos naturales para mantener el equilibrio ecológico y garantizar la continuidad. Mi belleza y complejidad depende su esfuerzo y el cuidado que me impartan, así como yo cuido de ustedes, la existencia y el bienestar depende de todos nosotros, porque fuimos uno en el principio y desde la comunión es que se construye el futuro sostenible y justo.
He sido el hogar de innumerables formas de vida, desde las más pequeñas bacterias hasta los mamíferos más grandes. Cada una de estas formas de vida tiene su razón de ser. Como Madre quiero que reciban este urgente mensaje: mis recursos naturales fueron explotados inconscientemente, sin medir consecuencias, se olvidaron que todo es necesario para el porvenir, el aire, el agua, los alimentos. El respeto y la consideración por el bienestar han sido olvidados y las consecuencias se muestran en el cambio climático, la contaminación y la extinción de especies. Les pido un cambio en la forma de actuar y el cuidado compartido, necesito que me cuiden como yo los cuido a ustedes. El tiempo pasa y me agoto, necesito que protejan mi biodiversidad, que reduzcan la huella de carbono, que aprendan a vivir en armonía conmigo y con todas las formas de vida que me habitan. Juntos podemos crear un futuro más sostenible y justo para todos.
Además de mi cuidado, reflexionen sobre la importancia de cuidarse y respetarse mutuamente. El esfuerzo que inviertan en valores solidarios, empáticos y sobre todo el amor, que cultivado, será el camino del equilibrio y la armonía conmigo y con los demás seres que me comparten.
Les pido que se traten con respeto y dignidad, sin importar las diferencias de ningún tipo, raza, religión, nacionalidad. Todos somos iguales, merecemos el mismo respeto y consideración ya que desde el comienzo fuimos uno en la nada. Vivan siempre con humildad y sencillez, dejen de lado la codicia y el afán de riqueza material, aprendan a vivir con menos y a valorar lo que tienen. La felicidad no depende de cuántas cosas tengan, sino de vuestras relaciones interpersonales y vuestra conexión conmigo y con los demás seres vivos.
Gracias por escucharme y cuidarme. Ahora les pido que hagan un esfuerzo por cuidarse y respetarse mutuamente. Juntos, podemos crear un mundo más justo para todos.
Los amo.
Su Madre Tierra"
A.B.A. 2023 ©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires – Argentina
