Querido Octubre:
Nunca he escapado
de comenzar a caminarte
absorbiendo tus grises,
desde la piel
hasta la célula.
Has sabido desangrarme
como una sanguijuela:
En veces consumiendo
lo inerte,
lo tóxico,
en veces comes por placer.
Has sabido agrietar mis caminos,
has sabido robar partes del alma,
has sabido instalarte en mis sienes,
roer de ellas
hasta casi matarme.
Has sabido marcarme
cómo la muerte,
con tu fuego,
con tu hierro…
Querido Octubre
tomemos una copa
sobre una paz de inciensos
aunque sea un par de años,
deja que fluyan
mis lágrimas.
Deja que este
maldito río revuelto
se asiente…
Que el veneno drene…
Y enséñame,
de una buena vez,
a abrazarte.
Carta a Octubre
2020
Transmisor d Sinestesias©