Carne en descomposición

La carne enferma como un reflejo del alma que llama a la muerte, de una vida viciada. Sustancias y recuerdos.
¿Qué es más dañino?
¿La invocación del cáncer y la locura con humo y extrañas esencias de muerte en dosis reguladas, o la locura del abismo de la melancolía?
Hay viejas costumbres que no se pueden dejar…
Sin embargo no extraño nada ni a nadie.
Siento melancolía de no sentir el dolor de la realidad, como antaño viví…
Pareciera que pasaran siglos de aquellas vivencias que ya no siento mías. Dichos recuerdos son como una novela que se leyó tiempo atrás y solo se recuerdan fragmentos, sin embargo causan melancolía.
Adictiva melancolía.
La carne enferma e invoca a la muerte.
El único anhelo.
La carne enferma y recuerda que solo soy yo, no hay nada más, ni tampoco quiero que sea diferente…
La carne enferma y la bella muerte cobra la factura.
Juega conmigo como el gato y el ratón, como una seductora amante que sabe que es deseada, sin embargo no permite que la toques hasta que el deseo te lleve a la locura.
La carne enferma e invoca la muerte, y ella espera…
Lo disfrutá…
La crueldad de Cronos la acompaña en el eterno tic toc, tic toc.
La carne enferma e invoca la muerte.
Soy paciente amor mío, se que algún día vendrás o probablemente la locura me lleve estrepitosamente a tus brazos, y me des el tan esperado beso.

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Hermoso relato