Está claro que las guerras, un bestial negocio son,
cuando tan sólo en armas, suponen una inversión,
siendo el pueblo y los soldados, pura carne de cañón.
Otra razón aparente, a propósito no existe,
cuando en romper el planeta, y en matar tanto se insiste,
mientras hacer hoy no cabe, del asunto ningún chiste.
Pena da que el ser humano, se comporte tan salvaje,
al utilizar incluso, los dogmas de fe de ultraje,
para lograr convencernos, que tal genocidio encaje.