Ríe, ríe en la oscuridad, poeta maldito,
en la noche eterna de tu mente desquiciada.
¿Cuál es la raíz de tu risa desenfrenada?
¿Es acaso la verdad que has descubierto, tan contrito?
Ríe, ríe en la sombra de tu locura,
donde la luz del día no logra penetrar.
Sobrevives en la oscuridad, sin luchar,
en un mundo que solo tú aseguras.
¿Es la cordura el precio de la verdad?
¿O es la locura la llave de la sabiduría?
Ríe, ríe, poeta, en tu cruel ironía,
donde el sentido se pierde en la inmensidad.
Las sombras se agitan, se retuercen y ríen,
un eco de tu risa en la oscuridad.
En el abismo de tu mente, sin piedad,
las ideas se desvanecen y huyen.
Ríe, ríe con la risa del loco,
que ha visto el rostro de la realidad.
En su reflejo, encuentra la verdad,
un espejo roto, un eco hueco.
El universo es un sueño, una ilusión,
un baile de sombras en la pared.
Ríe, ríe, ríe hasta que caigas, caed,
en el abismo de tu propia creación.
¿Qué es el tiempo sino una cadena de momentos?
¿Qué es la vida sino un suspiro en la eternidad?
Ríe, ríe en tu terrible soledad,
donde resuenan los ecos de tus lamentos.
La cordura es una jaula, una prisión,
un velo que oculta la verdadera realidad.
Ríe, ríe en tu oscuro carnaval,
donde la locura es la única liberación.
El mundo es un teatro, una farsa,
donde todos somos actores enmascarados.
Ríe, ríe hasta que los cielos desgarrados
se rían contigo, en tu siniestra charca.
La muerte es un descanso, una liberación,
un sueño sin sueños, una noche sin fin.
Ríe, ríe hasta que el fin,
sea solo el comienzo de tu canción.
Ríe, ríe en tu oscuro paraíso,
donde los sabios son locos y los locos, sabios.
En este mundo de sombras y desvaríos,
la risa es el único sonido preciso.
Ríe, ríe, poeta maldito,
en la oscuridad de tu mente desquiciada.
Quizás la verdad que has descubierto, tan contrito,
es que la cordura es solo una risa ahogada.