el Caos se ha instalado en el alféizar
de mi ventana
en el cordón umbilical de la dulzura
que replica su música en los cristales
en la noche donde dormitan las palabras
de odio
y venganza
y miedo
y posesión de notas caducas y perversas
en el aquelarre de oraciones sin futuro
de susurros demorados en la niebla
oh Señor acaso esta vorágine
de cine y pasarela dónde de qué infierno
han salido para atormentar
a los espejos fugitivos
a la distancia irredenta de las espinas
y al grito primigenio de las fieras
en el Paraiso