Determinadas fases de los grandes poetas españoles Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Antonio Machado, están marcadas por la influencia de la imagen lírica japonesa. De Juan Ramón es este haikú:
“Está el árbol en flor
y la noche le quita, cada día,
la mitad de las flores.”
De la poesía juvenil de Lorca, esta estampa:
“La señorita del abanico
va por el puente
del fresco río”,
De Machado, esta sintética y subyugante imagen:
¡De amarillo calabaza,
en el azul, cómo sube
la luna sobre la plaza!”
Las Nuevas canciones de Antonio Machado, escritas en el primer cuarto del siglo XX, están plagadas de japonesismos. En muchas de ellas se aprecia una sutil fusión entre el espíritu del haikú, asociado, a la silenciosa contemplación, y el cantar popular, aliado al baile y al canto.
Mis haikus
Albariño
Niebla en el Salnés,
sollozando las uvas
perlas de vino
Marea baja
La playa duerme
a una barca varada.
Marea baja.
Paisaje
Las piedras cantan
sobre el río que baila.
¡Llora el silencio!
Poesía
Letras del alma
al poeta engalanan
brotando el verso.
Verano
Mar de trigales
sonajero de cristal
verde amarillo.
Plenilunio
Brillan los chopos
noctámbulos de luna.
Es plenilunio.
Las aceitunas
Olivos viejos
y en sus ramas frondosas
verdes corales.
Luna negra
Cielo sin luna
y la noche en sus lágrimas
enciende estrellas.
La canícula
La tarde ardiente
tras el verde del monte
el sol agosta.
La siega
Aspas de brazos,
las espigas preñadas
¡Pan en las manos!
Septiembre
Páramo seco,
gavillas y rastrojos
¡liebre en su cama!.
Septiembre
Relente el alba
asperja los rastrojos
llegando otoño.
La vendimia
Hoy vendimiando,
mis manos con sarmientos
beben el vino.
Enero
Espejos de aguas;
cristales de la helada,
el sol los bebe.
El poeta
Cazador soy
de unas nubes que escapan.
Rececho auroras.