Allá afuera
el imperio del Sol nos juniea
juliando cansina la sombra de la tarde
agostando los espesos sopores de este aire pardeado
en la inmovilidad de la insoportable canícula.
¡Ah…! ¡El calor nos apereza de enfermizos!
como si nos hubiese picado
una inoportuna mosca tse-tse.
Nos acostamos Adanes
abiertos como pentafiladas estrellas.
Llega esa época
en que se humedecen nuestros íntimos rincones
esas partes que nunca deberían de sudar, pero sudan.
Duermo despatarrado como lo haría la Marilyn
ofreciendo al fresco las joyas
y los nácares lunares
a los aspavientos
del único molino manchego
que aún mueve los brazos.-
Chane García.
…