Tienes la sexualidad de un océano en tus ojos.
Golondrinas que mojan mi alma.
Liviandad que se posa desnuda,
en una gota de oscura lujuria,
en tu espalda…
Siente, en ese equinoccio rojo, como he inclinado el tacto rudo de un silencio…
Ven, caminemos juntos, hasta ver desnudos nuestros pies en el mar.