Calles de mi pueblo…
Ríos y quebradas se desborran
inundando los recuerdos
de un ayer pintado con cenizas
de cipreses, lava lacustre de sueños…
Las calles de mi pueblo
han perdido:
su aroma campestre,
el ruido del aire,
el canto melodioso del arrendajo,
la gentileza y el buen trato de la gente
y el tintinar estridente del ave cristofue…
Las calles de mi pueblo
hoy por hoy
no son las mismas de ayer…
La trastocada conciencia
medita en el furgón de los espejos
y en los campanarios de las iglesias…
Pintorescas iglesias de techos rojos
atestadas de feligreses
sacándose a empujones las culpas
y pecados…
Un ejército de hormigas celestes
atraviesa el umbral
y yo absorto continuó blandiendo los
fausto anhelos,
son quijotescas sombras escondidas
detrás de los molinos de viento,
tan antiguos como las carretas cargadas
de heno.
Mi mente imaginaria entra en dúctil reposo
y cierro el libro de pláticas,
diálogos y circunloquios…