¡Callé!
Mordí mis labios para no llorar,
había una roca atorada en mi garganta
y mis lágrimas eran olas inmensas
queriendo salir de su mar.
¡Callé!
y todos mis versos se quebraban
como hojas secas
con un crujido que hacía sucumbir a mi ser
y todo mi mundo se vino abajo
detrás de esa sonrisa que ocultó mi pesar.
¡Cuánta belleza, sinmi, has vaciado en este poema!
Me ha gustado un montón.
Aunque no tengan nada que ver.
tu silencio me hizo recordar estos versos…
““Cuando me dices callada
con la voz de tu embeleso
tu expresión esta en el beso
y tu grito en la mirada.
Cuando suenas encerrada,
en tu mutismo en flor
¡ Qué palabra sin sonido,
hay en tu silencio, amor!””