Entre los quizases temblando,
el tiempo se va comiendo la vida
con los vaivenes de desgarros
como las locuras de la luna.
Ay amiga, amiga mía,
tu noche me huele a rosas
en tus cadencias de cintura
que resquebrajan las cosas.
Bailemos buscando sumar al ayer
soy un hombre de carne y hueso
y me cuesta cambiar de querer.
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