La planta nocturna que de día hiberna:
de esmeralda crasa
se levantan tres pilares verdescente
forrados en columnas de afilados luceros
parecen estrellas espínicas
acorazando…
protegiendo a un verde cristal de agua sólida.
Sus acorazadas flores nenúfaras
sólo se abren al caer la noche
al crepúscular el aire
cuando quizá el fresco las conmueva
ya abiertas
parecen mandalas de lotos dulces
alimentando a toda una bandada
de quirópteros nectarívoros.-
Preciosa descripción poética. Gran ejemplo de “jardinería con palabras”. Voy a tener que buscar alguna imagen de ese cactus aunque me puedo hacer alguna idea con tus versos. Saludos
Poémame no me deja publicar fotos —las pongo con baja resolución y nada—. Este mismo poema está en mi cuenta de Twitter, allí se ve la foto que usé para inspirarme… es la portada de un cuaderno —una serie de cuadernos que hacen una colección titulada “Así es Venezuela”, el título del poema es el mismo que el de la fotografía del cuaderno— y como las espinas del cactus se me asemejaron al brillo de lejanos luceros, comencé a garabatear el poema… ¡Me salió en un pis-pas!
Lo bueno de las palabras desinenciadas es que, la palabra misma persuade al lector que se ha posado en ella, a darle, según su instinto, un posible significado…
Yo uso mucho imágenes para vomitar el poema… trato de “forzar” —premeditar, es la palabra— la sensación a través de la imagen… que me dé algún sabor, alguna de esas vinculaciones improbables que sólo la poesía hilvana y mientras soy presa de esa sensación, trato de traducirlo a texto… y si es posible, dejarlo crudo, sin editar, porque de verdad odio el proceso de andar limpiando poemas… Yo me conozco, luego no encuentro de qué palo ahorcarme con tantas versiones.
¡Sí!, te entiendo… Yo de por sí tengo problemas para conciliar el sueño, soy noctámbulo… si yo fuese un animal, sería un búho, una lechuza. La mayoría de los poemas —aunque no me lo creas— me llegan a pie de cama. En mi mesita de noche tengo dispuesto una libreta y un bolígrafo para ponerme a pescar cosas je, je, je Las ideas tienes que petrificarlas en la hoja apenas te pasen por enfrente… si no, ¡pierdes!
Qué me gusta leerte, con esa imaginación, saber, sentido del humor y curiosidad que tienes, aprendo de ti y también me río con tus explicaciones, querido Chane!
Este poema del cactus me encantó! Una hermosa descripción!
Abrazo fuerte, amigo!
je, je, je… ¡Basta, basta!, con tanta flor, vas a hacer que me acotufe je, je, je (léase: inflar el ego).
¡Sí!, yo sé que una de mis virtudes —y a la vez un gran defecto— es mi espontaneidad… a veces por ella, sin querer me meto en aprietos porque… lo que pienso, lo digo sin editar y hay ocasiones en que, por discreción o por simple respeto a los demás, hay que ser un poquito hipócrita y guardarte esa opinión sincera que te está atarugando la boca. No pienso para hablar… yo simplemente siento y así, lo escupo pa’ afuera.