Búscame . . .
cuando se apague el crepúsculo
y me veas encendiéndote la luna
y escriba con tinta de luceros
todos mis te quieros
y que a ti
te amé como a ninguna.
Búscame . . .
en la cola de un cometa
o al sonar de una trompeta
o cuando se apaga la vida
de alguna estrella fugaz.
Búscame . . .
en el vaho que queda
al evaporarse el rocío,
de una blanca alborada,
o el de alguna fría tarde
desgastada.
Búscame . . .
en la nota más alta
del canto del pájaro,
en la intensidad del aroma
de las hojas de la malva,
en el ámbar estival
de un rayo de sol.
Búscame . . .
pero nunca me encuentres,
pues cuando lo hagas,
seré:
tu libertad y tu esclavo,
tu luz y tu sombra,
tu cielo y tu suelo,
tu blanco, tu negro,
todas las sombras de gris,
los colores del arco iris;
las flores de primavera,
los aromas de otoño;
tu sol, tu luna y todas
las estrellas de la noche;
tu verano,
tu refugio de invierno;
tu paraíso
y si quieres,
hasta tu infierno.
No sé ni que decirte como comentario, No encuentro las palabras precisas que puedan expresar el encanto que me produjo la lectura. No las encuentro.
Aplausos con felicitaciones
Abrazo
No sé ni que decirte como comentario, No encuentro las palabras precisas que puedan expresar el encanto que me produjo la lectura. No las encuentro.
Aplausos con felicitaciones
Abrazo
Se me hace enorme tu comentario así como lo redactas y por ese sentir que te produce el poema. Te lo agradezco demasiado. Un abrazo poeta amigo.