Esta brisa
que ahora me oprime nos adentra
en el revés de la trama antigua,
en el cortocircuito
de los salmos endiablados,
y rígidos,
que se ahogan, de frivolidad
y desacato,
en el postrer y definitivo
sonido de la furia;
esta brisa
adormeciendo la mañana
con sus manos de araña,
con sus dientes de raso,
con su envilecida manera de odiarse
a si misma,
con la máscara antigua de la inocencia perdida
en la quietud, soñolienta,
de todos los bailes del pasado;
esta brisa
que mi ausencia rescata en el olvido
de otras tragedias,
tan cotidianas,
que el mismo pensamiento recubre las distancias
con el oro de su encanto,
como en estas palabras que ahora
voy esparciendo
al compás de su lágrima olvidada
en el jardín donde pastan los sueños;
esta brisa
que siempre, por Dios, se despide
de todos nosotros
en el desván, repleto y sin sentido,
donde pergeño estos versos,
trabajosamente,
como si fuera de verdad la vida,
como si la vida no fuera este testamento,
este adiós que nunca acaba,
en la memoria de los sueños.
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Una hermosa y sutil introspección!!!
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Gracias por tu comentario. Brisa que reconforta a pesar de todo.
¡Qué maravilla!
Que intensos y profundos versos, esa brisa como un hermoso y arraigado testimonio vital, poeta!!
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Son versos tan profundos y tan bellos…cortan la respiración.
Enhorabuena.
Saludos, Maria Mercedes
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Muchas gracias por tus palabras. Saludos.
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Gracias por tus palabras. Un saludo.
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Más que una brisa apacible, me sugiere una ráfaga de viento por su intensidad.
Hermosos tus versos!
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Parece un vendaval es cierto.
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Parce que la vida va en serio. A veces demasiado en serio.
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Muy buen poema.
El final me encantado.
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Bellos y profundos versos.
Saludos José Antonio
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Bellísimo poema. Felicidades.
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Muchas gracias. Me alegro que te haya gustado.Saludos
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