Tamizan el agua de una gran esponja aérea.
Medio círculo cromático,
el que juega entre el rojo y el azul.
Se abre el añil del cielo,
el granate de las hojas que,
con un empujoncito cómplice del viento fresco,
acaban acomodadas entre escombros pétreos.
Humus de vida, setas que se ufanan al medrar
entre restos del esplendoroso verano por los suelos.
Amalgama de maderas húmedas
Pétalos en su ocaso
Pistilos entre rocío
Ciervos libres
Búhos curiosos, detectives privados de la noche.
Allá arriba, las aves tatúan uves .
Grullas aventureras que me aceleran la alegría
con sus conversaciones en el aire.
Castañas que abandonan su capa de púas
y acarician la lengua asadas, ya desnudas.
Paraguas contra el diluvio interior.
Impermeable ante llantos caducos.
Es hora de abrazarse a uno mismo,
lamerse las heridas.
Lanzarse a la hoguera que no quema,
la que tizna de brasas del color del membrillo,
resina y ámbar incandescente.
Fuego en la espalda para el cambio de ropa del alma.
Y aquí estoy.
Entre olmos y castaños.
Sobre puentes romanos.
Aguas de otoño en soledad.
Desnuda de púas.
Sólo queda el recuerdo dulce.
Es hora de hibernar…
Avellanas y nueces
Qué lindo tu poema; con esa dosis de melancolía que me encanta.
"Es hora de abrazarse a uno mismo,
lamerse las heridas.
Lanzarse a la hoguera que no quema,
la que tizna de brasas del color del membrillo,
resina y ámbar incandescente.
Fuego en la espalda para el cambio de ropa del alma.
Siempre todo un festival de metáforas tus poemas
Como un show de luces de mil colores y formas en noche navideña
Y aquí estoy.
Entre olmos y castaños.
Sobre puentes romanos.
Aguas de otoño en soledad.
Desnuda de púas.
Sólo queda el recuerdo dulce.
Es hora de hibernar…
Avellanas y nueces
Tú no estás.
Yo también quiero lanzarme a la hoguera que no quema… debe ser una sensación fantástica. Tendríamos que abrazarnos más a nosotros mismos y cambiarnos las ropa del alma más a menudo.
Un abrazo de otoño potente… de los que tienen vetas rojas!
Pintas la escena otoñal de maravilla, para después dejar esa invitación a la introspección
“Es hora de abrazarse a uno mismo,
lamerse las heridas.”
Un placer leerte @SOMOSLUZ
Ahhhh, todavía me resuenan esas vetas rojas de tu precioso poema.
Pues sí, Carmen. Deberíamos desprendernos más a menudo de aquellos harapos que sólo dañan el alma por dentro. Vestir el pecho con telas sencillas y limpias. Dejar atrás lo negativo.