Regresé a tu boquita de mermelada
porque me encanta habitarte
cuando no te das cuenta,
porque a tu cariño le falto yo
y mis miserias se componen en tu piel.
Me cansé de andar volando en un cielo
que no me pertenece.
Yo quiero escribir mis poemas en tu espalda,
leerlos cerquita de tu oído
aunque no los entiendas.
Es bastante simple
aunque en la práctica parezca complicado,
quiero que seas mi bolero añejo,
despedir la tarde entre tus besos,
amanecer con las ganas de pedirte más
sabiendo que ya eres todo para mí.
Nunca fui tan feliz, ni tan humana, ni tan verdad.
Ni tan real…
como cuando a través del cristal
vi tu carita de chocolate
arrebatándole destellos al sol.
Cuánta cursilería me había perdido.
Cuánta insensatez.
Cuánto miedo da el amor.
Ahora puedes romperme el corazón.
Puedes marchate tú
llevándote hasta mis miedos.
No habrá dolor, yo ya te amé y te amo.
Sentir el amor en plenitud, bellísimos versos que calan el corazón de aquel que alguna vez amó por encima de todo, amar aún sabiendo que a veces se pierde, poeta!!!
No tiene desperdicio este poema, Lidi.
Es tierno y desprende amor por los cuatro costados.
Me encanta el sentimiento que has puesto en cada verso.
Te aplaudo
“Me cansé de andar volando en un cielo
que no me pertenece.
Yo quiero escribir mis poemas en tu espalda,
leerlos cerquita de tu oído
aunque no los entiendas.”
Lidi…, De tí he leido mucho, todo lo que he podido y me he deleitado en cada lectura, pero con éste poema te has vaciado por entero poniendo en él toda tu mulata cubanía, que te hacen inigualable al escribir al final de tu poema ese verso, quizás intuido en el que dices apasionada: Ya tengo, ¡LO QUE TENÍA QUE TENER! y siendo así, ¿Quién te quita lo bailao?
Un millón de abrazos con aplausos.