Bodas se hacen (versión)

Bodas se hacen en la Francia,
allá, dentro de París,
y una dama es la que danza,
la que es doña y Beatriz.
¡Con qué alarma la miraba
su buen conde, Don Martín!
—Dígame, buen conde mío,
conde, ¿qué miráis aquí?
O muy bien miráis la danza,
o bien me miráis a mí.
—Que no miro yo la danza,
porque muchas danzas vi,
vi la volta, allá en Italia,
vi en la Costa de Marfil…
Miro yo vuestra belleza,
porque está tan solo aquí.
—Si tan bien parezco, conde,
me podréis sacar de aquí,
que a mi sombra no me traigo
yo marido al que cumplir.
—No me alegra la noticia,
no, que es pena para mí,
porque yo sí tengo sombra,
porque amor nunca entendí.
Que soy otro que se pierde…
que hace tiempo me perdí,
¡que soy otro que se casa!
Sin amor… sin un florín.
Bodas se hacen, mala hora,
allá, dentro de París,
y una dama es la que llora,
la que es sola y Beatriz.

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