Blanca piel y blanca enagua

En septiembre fue, en septiembre,
cuando ya mudó la flor,
cuando lloran nuestros sauces
y también el ruiseñor.
—Cuando ponga el sol, compadre,
yo ya no seré quien soy,
y ella no será quien era,
ni será otra vez mi sol.
«Blanca piel y blanca enagua,
no llora con el albor,
llora con la noche amarga,
¡llora como lloro yo!»
—Ella llora con la noche,
yo a la luz y su rigor;
con la espada en la cintura,
la calandria en el alcor.
No hay honor entre ladrones,
mucho me honra ser ladrón…
yo no moriré ni muerto,
si el ladrón no tiene honor.
«Blanca piel y blanca enagua,
no llora con el albor,
llora con la noche amarga,
¡llora como lloro yo!»
Las joyuelas son doradas,
los ojos de plata son…
ella ve el anochecer,
yo ni puedo ver el sol.
La calandria que cantaba,
canta con el ruiseñor;
y ella no será quien era,
yo ya no seré quien soy.
«Blanca piel y blanca enagua,
no llora con el albor,
llora con la noche amarga,
¡llora como lloro yo!»

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