Bienaventurado amor

El Amor no tiene condición social
ni condición de nada
en la perfecta belleza
de un seis que se cuela
que no tengo ni idea
investigo y la cábala
dice que es perfecta belleza.

Pues la Luna enamorada
es testigo de nuestra ensenada,
ni religión, ni ningún estigma,
la sabiduría no es un estándar
que se encasilla
el amor de vida me sorprende
cuando la esperanza placida yacía
en el rincón del abandono.

Magia que sube y arroja
en las mieles del amor
incita, su aroma que encanta,
seduce y transporta,
alza hasta la plenitud máxima
excelso aroma exquisito
que encanta, lleva y eleva,
de la esperanza muerta
surge el amor o tal vez
cuando la esperanza desvanece,
se aparece el amor.

El amor que es puro no se enmarca
ni empaña, ni limita, ni tiene rótulo
no se encasilla, ni se bloquea,
fluye como el agua pura y cristalina
como fuente inagotable cual manantial
su abundancia es jactanciosa
su luz que resplandece…
se convierte en insolencia para muchos
que con su brillo se ciegan
en las tinieblas del desacierto
y más a quienes involucra es alimento,
llama eterna del bienaventurado amor
porque Dios como testigo
y artífice con soplo divino
aviva agigantando ese amor
que incluso torrenciales mareas,
huracanes, vendavales, tsunamis instan apagarlo,
fuerzas infernales surgen incalculables, insospechadas,
más su vigor que busca arrasar y desolar
encuentran formas de entre los escombros
siempre emanar, como flor de loto,
como lluvia de cristal
como luz imperturbable que a través del vidrio
cruza serena y placida, sin apresuramientos
sin molduras, que nada te atrape
por que la oscuridad resulta, al parecer,
su mejor aliado cuando de ella misma
se espera ensombrecer tu brillo
más tu brillo es quien más te aviva, resalta y enaltece
has llegado en sombras sin siquiera imaginar
que tu luz alumbraría mi camino
has tomado mi mano,
para guiarlo por el sendero que ilumina.

Y te has unido a mi cual amalgama inseparable
haciendo tan fuerte nuestra unión
que separarnos conllevaría
a la destrucción total de ambos en partículas
convertidas en lágrimas imposibles de acoplar
sólo juntos, el rompecabezas se podría armar.

Te siento infinito, presente,
amo y señor de nuestro reino,
nuestro hogar yace en nuestro corazón
que se agiganta y extiende sin murallas,
sin límites, sin fronteras
en el amor reposa su morada.

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