Los pájaros creo que huyen,
no sé si de ti, de mí, de quién.
Y cómo definir esto
audacia o cobardía
ya ves que yo _;
suelo bailar canciones tristes
homenajeando tu cuerpo.
Nuevamente me ha dado gracia,
el mensaje de amor borracho,
dejado en la puerta del vecino amargado,
lo cierto es -;
que los días cruelmente pasan,
el rodar a la larga y sin sentido,
se esponja de tragedias
tú vives tu vida -
y yo;
soporto el despojo
y levemente cualquier desapego.
Sentirme mal es la peor de mis virtudes.
Ya no me decepciona
saber que no tengo nada de qué quejarme
ni médula para arrepentirme,
me quiebra ser el último de los marineros
perdiendo el tiempo mirando a lo lejos,
tirar por la borda
los lienzos de un antes
los alambres y las balas
de un encogido porvenir.
Hoy es uno de esos días nublados
donde tanto odias la soledad,
cómo te duele esa debilidad
que a mí me encanta.
Botitas se ha ido,
los amigos te recuerdan al gato,
debe ser el calor algo más
que cubrir la piel de la intemperie
o prestarte mi pecho como única almohada,
llámame loco,
pero la nieve está hecha
para caminar junto a ti,
heredar un cuento de besos
reír porque solo es mejor así,
saber que te extraño
que en el fondo me extrañas,
descomponer los relojes,
callar los demonios,
dejar que llores sin causa
prometerte que no pasa nada.