Siempre que acerco suavemente mi boca a tu oído para susurrarte cuánto te amo, mis labios se detienen en tu mejilla y en arrebato irresistible olvidan su encomienda.
¡Es tan largo el camino para que me escuches y tan corto para que me sientas!
Los besos hablarán mejor que mis fracasadas palabras.
Magnifica prosa, JDuque. Su mensaje es fuerte y claro.
Valen más los gestos que las palabras; y sobre todo en cuestiones de amor,
que obtienen las respuesta inmediatas, iguales y efectivas.