Bendita poesía

Delirio de una soberbia,
huapango de una soledad diminuta,
da miedo
nunca poder responder.

Saber lo que es
una desgracia imperdonable.

Nada reprocho,
para qué,
vuelve a mí
sin decir nada.

Mirando el horizonte,
sintiendo el sueño
que replica una definición de amor.

Palabras falsas en un santuario,
coleccionando momentos
que se amontonan antes de morir.

Como unos ojos negados
en la premura de la noche,
con el cruel tormento
de mis manos tán obedientes.

Espasmo ciego
de no poder tenerte,
arráncame el olvido
que la pérdida es toda mía.

Sucumbe derramando
el recurso de poder vivir.

Serás feliz.

Estremece mi corazón
que está temblando por dentro.

He descubierto
el laberinto más infantil
de un abismo por ti.

Ya no siento el vértigo
de la demencia
que desquicia mi boca.

Se ha roto en la melancolía
de un mal amor.

Solo me quedan las palabras furtivas,
suaves como la sabiduría
de un amor prodigioso.

Resiste,
el atardecer trae una melancolía
que yergue invicta.

Adicta a la textura de una luz
que alumbra en el calor de un simple foco,
ardiendo en su empeño de poder sentir.

Ignora entre tanta guerra
y palabras vacías,
será mejor que distraerse
con un vídeo en tic toc.

Bendita poesía.

Maquinista Mute.

Photographize.
313053

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