¡Versos inundados de gratitud y esperanza!
Alabando la gracia de la existencia que nos permite ver el vuelo grácil de la bandada.
¡Bello tu poema, querida Carmen!
¡Abrazos cariñosos!
Bien podría limitarme a decir que tu poema es hermoso, y podría resumirlo todo basado en el argumento puramente artístico/estético, pero me quedarían pendientes las razones del sentimiento. « Se estrecha la tarde que se grita a si misma…» (angustia, inconformidad, constricciones) «el carmín es cielo y el cielo un nexo de lugares olvidados». Me he sentido como esos lugares que nadie desea recordar y al que nadie desea ir , ni siquiera por primera vez. «y se obtura la existencia» (ahora más que nunca quiero vivir). — ¿ para qué, loco?— quizás para leer poesia.
«y yo soy corte de un rosal de espinas afiladas…» Es cierto, somos parte de un mundo infame, corroído y corrompido que impulsamos desde los céntimos que pagamos por impuestos. « Espero…y no hallo realidades pero hay aves que aun perviven» Vale la pena esperar solo por ellas, las veo desde mi balcón y cuidan a sus críos, mejor que cualquier humano. «Hay aves que regresan de las voces del otoño» Yo también quisiera regresar, pero no llega mi otoño. «En su retorno se fragua mi viaje…» —quedé muerto, entristecido en este argumento por la realidad implícita en la dependencia,. ¿ como reunir de nuevo la bandada si algunos han muerto?, «Bandada abierta entre luces que susurran que aun existo» Creo que existo porque aun conservo el ancestral instinto de amar y quizás por ello sea solo un susurro y no un grito como el de «la tarde que se grita a si misma.»
De principio a fin, me sentí parte de aquella bandada descrita. Al acercarse la noche como un grato declive - parafraseando a JL Borges.
¡Qué lindo realmente leerle!
Un gran saludo.
Me ha encantado tu análisis… como has ido desgranando las razones del sentimiento… unas razones tan humanas como el instinto de supervivencia, porque al fin y al cabo… si las aves regresan del otoño también podemos nosotros regresar de la penumbra. Nada está dicho de antemano porque todo, incluidos nosotros y nuestra vida… todo es movimiento y por muy sangrante que sea el corte de las espinas todos podemos escuchar a la vida y sentirnos revivir… Somos susurro, Domingo… pero un susurro profundo de existencia (para lo de los impuestos ya no tengo explicación jaja…). Abrazo fuerte, poeta!
Es verdad… la distancia para con nosotros mismos puede ser bastante larga aunque el camino de retorno siempre permanece abierto! Muchas gracias, admirado poeta!
Muchísimas gracias, Juan Carlos! Ya va llegando el momento de atardeceres tempranos, de migraciones… son imágenes recurrentes que siempre llaman a ser plasmadas en una hoja de papel… Que nunca nos falte el alimento poético, amigo!