Esa mano que te sostiene…tu recuerdo. Y recurres a ella…
Estará ahí siempre, con tan solo mirar la preciosa foto y se abrirá alguna puerta…
Precioso y sentido poema, mi Tali!
Mi avi es un norte para mí siempre, aunque marchara el primero… o quizá precisamente por eso… no olvido sus manos… a él le faltaba un dedo en la otra, un “accidente” laboral, y yo siempre le decía que quería una igual para mí También quería las estrías de mi abuela entre los brazos y los hombros… Qué cosas! Gracias, María mía…
ai, mi Walla, yo no imagino mi vida sin ellos… no puedo imaginar tu sentir en esto… me hago una idea, pero no llego. Gracias por compartirte, amiga, siempre!