Ave cantora…
Te busqué
por caminos fríos,
inadvertidos
por lugares sombríos,
por rutas imaginarias
en el papel literario enmohecido
y solo encontré
la sal de tus labios
en la intersección de un sol herido…
Subí al tren y me perdí
por los carriles de acero fundido,
por interminables noches
y fechas de calendarios antiguos.
pasé por matorrales,
piedras trituradas
y amaneceres de olvido,
arrastré tu querencia en los ojos de agua
de un cielo afligido
y a poco fui mezclando
con el aire de la costa caribe
tu perfume divino.
Logré mi cometido
al fin alcancé tu rostro envejecido
muchos años invertidos
ahora podemos invernar
en el mar de los sueños
y encender el candil ardiente
de un amor
que el tiempo no pudo borrar
en el símil y metáfora
del poeta desconocido.
Ramón Pérez Briceño
Cabimas, Venezuela
24/01/2020