En el silencio de la noche, te busco,
un eco preso donde tu voz se pierde.
Mi pecho guarda un nudo que no suelto,
un vacío que grita y no se resuelve.
Tu risa, un recuerdo que danza en mi alma,
se escapa entre dedos como arena fina.
Cada rincón guarda tu sombra calma,
pero sin ti, la vida se desatina.
El sol no calienta como tu mirada,
las estrellas no brillan si no estás aquí.
Mi corazón, errante, vaga en la nada,
susurrando tu nombre, llamándote a mí.
Te extraño en el alba, en la tarde lenta,
en cada latido que no te encuentra.
Eres mi hogar, mi paz, mi tormenta,
y sin ti, amor mío, mi mundo se ausenta.
Vuelve, que el aire sin ti no respira,
que mi alma sin la tuya no vive.
Eres mi todo, mi eterna mentira,
la herida que sangra y no se detiene.