Atrevida Insolencia

Estoy llena de silencios antiguos
guardados en mi memoria vacía.
Soy yo,
insolente y atrevida,
que divaga y muda
a cuerpos extraños.

Que remueve conciencias
ajenas e inhumanas,
que camina sin sombra
en las tardes de suave amatista
y descansa
en un nido vacío!

Y sigo aquí, lamiendo
las famélicas heridas
de mi tiempo borrascoso,
cuando tus versos,
en lluvia de flores,
envolvían mi alma
con siniestros abrazos
para apretujar
mis huesos ya quebrados.

Ahora paseo en la orilla
de vertiginosas nostalgias
a la espera de ensueños
que se transformen
en quiméricos olvidos
y me aparten
de esta mimética muerte.

Sigo aquí, intacta
con los fantasmas
de tu encarnada furia
que humedeció mi cuerpo
en las oscuras noches
del astro menguante.

Ofrendar al viento quiero
las migajas afligidas
que me quedan
para volver entera,
cantarina y sonriente
sin detenerme a la vida,
ni a la soledad ni a la muerte.

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