La vida aún, sigue extendiendo sus brazos… esperando,
entre tiempos,
entre extensa lejanía,
entre ecos diluidos por la humedad y vacíos;
entre retratos amarillos y manchas de soledad
entre miradas sin sueños… en silencio
y ocultando el más angustioso grito.
Atrapado en el recuerdo de los niños,
maltratados y humillados,
por esa sed desmedida de fabricantes de esclavos;
de la rebeldía libre,
de un tiempo joven, sin prejuicio y barricadas,
de rabia y lágrimas de impotencia…
del abrazo más fraterno a la peonada.
Atrapado en aquel libro que ocupa,
el último estante de la biblioteca…
ya no se lee su nombre, permanece envuelto en polvorienta espera;
con hermanos… que se cuentan a montones,
con mi América profunda…
con “las venas abiertas “(E. Galeano)
soñada libre y fecunda.
Atrapado en el amor,
sin complejos, sin censura,
sin atisbos de egoísmos ni clausura;
atrapado entre los muros sin color,
entre simples melodías que besan el corazón,
entre eternas madrugadas…
mojado en lluvia y pasión.
Atrapado en las ataduras de lo incierto,
atrapado en el miedo…que me mantiene cuerdo,
atrapado en telarañas de un ayer,
aún resisto…
En negrita, fragmento del Título de un libro de Eduardo Galeano