Atocha

Yo aquella mañana
me dormí,
corrí al último metro
que paró allí;

sólo vi humo,
gente sin color,
una voz alta y quebrada
que nos devolvía al vagón
sin saber por qué;

ahí empezó el silencio
y el miedo
a las mochilas en el suelo,
al no saber;

recuerdo a mi padre
viniendo a Madrid
esa misma noche asustado,
en kilómetros sin pausa
al creerme muerta;

llegó a mi casa desencajado
y me abrazó tan fuerte
que desde entonces tengo sus ojos
en los míos;

jamás olvidaré ese día
de pantallas sangrientas,
obscenas,
y toda la ciudad en la calle
en un sólo grito
contra la mentira y el odio.

Yo ya no corro para llegar al trabajo
y como aquel día,
sólo callo y recuerdo lo que sentí.

No hay palabras, ni fotos.

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Qué recuerdos tan duros. Todos vivimos con horror aquella pesadilla. Abrazos, Marta :hugs: :hugs:

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Uf! Profundos y sentidos versos, Marta. Espero y deseo que los recuerdos apacigüen la perdida del sentir
Un abrazo

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Y sí, José Manuel, fue terrible… y el silencio durante días y días en todos sitios. Gracias! :heart: :heart:

Gracias, Pedro… aunque a las pocas horas ya sabíamos la verdad… el mismo horror, pero más terrible. :black_heart:

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Yo fui muy afortunada ese día… unos minutos más y no sé si podría contarlo… Gracias! :heart:

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Creo que es la enseñanza que muchos sacamos de ese horror, todos los que casi llegamos y fuimos afortunados de dormirnos ese día… se paró Madrid y los corazones en vilo… una tristeza generalizada que se tradujo en un silencio colectivo durante días. Gracias! :heart: :kissing_heart:

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Haces muy bien en convertir tu dolor en poesía, maravillosamente escrito.

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Pues me has puesto los vellos de punta! Ese funesto día no te tocaba a ti…cosas del azar.
Una experiencia que marca la vida para siempre.
Gracias por compartirlo con todos nosotros. Una cosa más de ti…

Yo también recuerdo ese día espeluznante, en la marcha que hicimos por la tarde…llovía sin parar…y bajo los paraguas, mojados por dentro, guardábamos un silencio que no olvidaré jamás.

Abrazo enorme, mi Tali querida! :hugs::hugs::kissing_heart::kissing_heart:

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Profundo poema, y duro momento.
Yo recuerdo muy bien ese día. Estaba llevando a mi hijo a la parada del bus del cole. Y recibí una llamada de mi marido para decirme que estaba bien. No sabía de que me hablaba, aún no sabía nada. Él iba es esa línea pero en la dirección contraria… afortunadamente para nosotros. Por desgracia para otros mucho no fue así.

Gracias por este poema, preciosa :kissing_heart:

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Mil gracias, Lidianny! :heart: :heart: :kissing_heart:

Ai, sí, los paraguas… se sentía como si el cielo llorara con nosotras… Gracias, María mía, muchas! :heart: :kissing_heart: :kissing_heart: :kissing_heart:

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Y te hace replantearte muchas cosas a las que damos importancia y, en realidad, no la tienen… Gracias, Paco. :heart: :heart: :hugs:

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Tu marido, como yo y la mayoría ese día, fuimos muy afortunados… y eso tampoco se olvida nunca. Gracias por compartirte, mi Horten. :heart: :heart: :kissing_heart: :kissing_heart:

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