La persona de atávicos instintos
se mueve por impulsos tan primarios,
si intereses oculta variopintos
que absurdos han de ser los comentarios.
Pues resultar pudieran ordinarios
si llevada por vanas emociones,
según las circunstancias, mercenarios
a sueldo le resuelven los marrones.
Si es que en medio del drama los bribones
sus instintos exhiben tan vitales,
que ante el confinamiento de sus dones
se pueden comportar como animales.
Si es que vivir feliz vale la pena
si nadie nos amarga la faena.