Llega el atardecer con su fatiga
y se sienta en el horizonte
con los pies colgando al vacío
contemplando en silencio
cuantos instantes lejanos llegan.
Sin retar, lo miro
y pienso en ese atardecer
de sueños guardados
sin saber donde depositarlos…
cuantos momentos perdidos
queridos y olvidados
que llegan sin destino.
En la brisa del aliento
del atardecer colorido
surge sin saber
un profundo sentimiento
que te atrapa sin saber,
la mirada se pierde en el recuerdo,
en el parpadeo la memoria enloquece
pues vivirlo quiere, pero ya no puede
solo es un recuerdo
que fastidia.
Cuantos sueños empezados
y nunca acabados
sin saber qué hacer con ellos
si dejarlos ir en el olvido
con el atardecer colorido
o despertarme con ellos
en el alma vespertina
llena de sorpresas
que dan sabor al día.
Decia Nietzsche en el ocaso de los ídolos pág. 63
《Todas las pasiones tienen una época en la que resultan sencillamente nefastas […] y una época posterior, mucho mas tarde que la otra, en que se desposan con el espíritu, en la que se espiritualizan》 Quizas alli este centrado el atardecer de @Pippo ; no sé, yo lo presiento asi.— Por eso lo aplaudo.
En el atardecer, se nos clava la vida porque ahí nos damos cuenta si la hemos vivido con intensidad y si hemos cumplido nuestros sueños. Ese es nuestro objetivo, después de todo. Muy reflexivo y bonito poema. Saludos cordiales.