ARSpoética

alguien ha movido mis palabras
y mi llanto se ha estrellado contra el mar;
te vas y dejas la ciudad que pensamos habitar
y empapas de sonido
a las personas y a las calles que no hablan;
te vas y dejas la niebla quieta
ahí en el páramo, en el cerro Puñay
donde subimos, yo cantando y tu dominando
a tu sed para que no grite.

Detén este poema y riega tu perfume por todo el mundo,
yo ya encontraré algún final feliz;
cierra el canal de las abejas
para que no vayan en tu encuentro.

¡Para!
detén tu avance hacia mí que no tengo defensas
gatearé hasta mi cuna
encontrando esas palabras que ya no tengo

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