Arrecia, en la mañana

Arrecia, en la mañana,
el viento de nordeste,
las ramas parpadean,
las flores se estremecen.

Por eso, en los jardines,
las rosas y claveles,
se mueven en la danza
y el baile de las nueve.

Comienza un nuevo día
y el sol reparte suerte,
inicia su paseo
por playas y por nieves.

Arenas y montañas
también calor requieren,
en medio del silencio
que dejan los cipreses.

Y en esto que tú piensas
lo sientes hoy con fiebre,
neblina de las venas
con sangre indiferente.

Poeta de la vida,
no temas a la muerte,
tras ella está la vida
y el beso que mereces.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/24

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