apenas un reflejo biselado
en el cristal
de una ventana rota
por la que nadie mira.
Sólo una sombra invisible
de la tarde
que transita a diario,
que se alarga y se estrecha
entre viejos muros
deambulando entre jirones
sin saber…
si huimos o volvemos,
si están rotos los puentes
o quemadas las aceras
de esta avenida cansada
que recorremos.
Cortada la retirada,
no somos nada
y nada poseemos,
que en las manos
nos cabe poca cosa
apenas fuerza…
…para arrastrar la vida.
Sólo el hecho de reconocer lo que en realidad somos,ya es un paso de gigante hacia la vida y su forma de afrontarla o de gozarla,según.
Un poema cargado de filosofía con una bellísima estrofa final.
Como dice el dicho: “arrieritos somos…” y poco más.
Me alegra volver a leerte.
Un abrazo
Ese carrito de tu foto final, es el cristal roto donde se dejan ver cada uno de tus versos.
Cada cual arrastramos la vida en nuestro propio carro.
Un poema que arrastra la conciencia hacia muy diversos caminos.
Me encantó María.
Que pases un buen domingo.
"No somos nada… solo somos el secreto de un destino, peregrinando por la vida…
Magnificos versos Maria, que muestran esa realidad que nos negamos a ver.
Feliz Domingo y un abrazo.
Uff cuánta emoción y miradas llevan tus certeros y líricos versos que permiten gritarnos lo que somos, lo que portamos y lo que tenemos en la vida, quizás pararse a pensar delante de poemas como el tuyo sea necesario y hasta conveniente para desnudarnos como sociedad, gracias amiga!!!
Magnífico poema, María. Cargado de verdad, y de humildad también. Muy poco nos cabe entre las manos… Lo has descrito con sencillez y gran destreza poética!
Gracias, amiga! Me impactó esa foto de este amigo de la infancia, me llegó muy adentro, la publicó en Instagram con el mismo título y en cuanto la vi tuve que hacerle un poema…y me salió así.
Besos!
Para mucha reflexión estimada María. Para vernos reflejados como humanidad, y observar una figura deformada en un espejo empañado de todas nuestras fallas como sociedad y como especie.