¡Viva Dios, que ahí va la señorita
con corset y su tímida risita!
Su maldad esconde en capa de seda.
¿Quién la viera cuando sola se queda?
Una arpía con disfraz de niñita.
-ALDA-
Ilustración Pinterest (Robe de Ville 1905)
¡Viva Dios, que ahí va la señorita
con corset y su tímida risita!
Su maldad esconde en capa de seda.
¿Quién la viera cuando sola se queda?
Una arpía con disfraz de niñita.
-ALDA-
Ilustración Pinterest (Robe de Ville 1905)
¡Pobre damisela, ¿qué habrá hecho para que la tilden de arpía?! Pero qué las hay? ¡Las hay!
Corto poema, bastante explícito!
En buenahora poeta!!
Bonita cadencia en tu quinteta! La arpías “haberlas haylas”, como se dice por aquí…
Un abrazo, Alda!
¡Muchas gracias, Betty!
¡Te envío un abrazo!
¡Mil gracias, Carlomagno, por tu visita y comentario!
¡Bienvenido siempre!
¡Pues sí, las hay!
¡Desempolvando cuadernos!!!
¡Un abrazo, querida María!
¡Me alegra mucho tu comentario!
¡Bienvenida siempre a navegar mis letras, Verónica!
Jajaja me encantó tu final !!! Y mira que hay muchas arpías de este tipo en la actualidad jajaja
Saludos poéticos,
¡A veces, demasiadas! Je je je
¡Saludos y abrazos de girasol!
Encantadora inspiración poética!!! Un gusto leerte, poeta.
Hermoso y luminoso poema.
El gusto por alguien es el gusto por vivir, aunque la maldad invada a ese ser encantador.
¡Gracias, Lucía!
¡Un gusto recibir tu visita!