Los recuerdos caen
en áridos desiertos,
de sílice y pedernal,
donde el viento juega
a hacer medias lunas
en las dunas de la arena,
escondiendo los misterios
de unos recuerdos
que se despeñan
por la agreste ladera
de la indiferencia
donde el olvido medita
tatuando su ritmo
en la fría caricia
de una noche
sin día.
Pippo Bunorrotri.