Y cuando el crepúsculo
haya engullido todos mis sueños
y el azul de mis venas
desemboque en un charco carmesí
cuando las arenas del tiempo
de mi viejo y cansado corazón
amenacen con detener su reverbero
y sumirse en la oscuridad del silencio
cuando la mano invisible
que dibuja y desdibuja la realidad de las cosas
descuelgue el sol de la pizarra de mi firmamento . . .
entonces
me acordaré de ti
de todos los soles que nos calentaron
de todas las primaveras que nos dieron flores
de todos los inviernos que resistimos abrazados
de todas las lunas bajo las que aullamos
me acordaré de ti
de tus sonrisas de cielo
de tus ojos de océano
de tu boca de tormenta
de tu piel de tornado
Las arenas del tiempo se mecen con el viento, construyendo dunas que ocultan misterios, que el amor no es capaz de desentrañar. Es por eso que la poesía se convierte en genio de la lámpara y saca a la luz sus misterios, a través de los recuerdos que han quedado anclados, a esas arenas que el tiempo evoca y la memoria dulcifica. Gran poema. Un saludo.